spot_imgspot_img
InicioNoticiasEl abrazo que salvó una vida

El abrazo que salvó una vida

Publicidadspot_img

Texto y foto Paco Mondragón

“Que Dios le de fortaleza a esa pobre niña, gracias al cielo esa mujer policía estaba ahí para ayudarla”, fueron palabras de mi mamá al ver la foto que tomé en el momento que una joven intentaba suicidarse. Por fortuna llegó una policía a brindarle ayuda, tal vez fueron las palabras, el momento o como dijo mi mamá “gracias a Dios”.

Domingo 7 de la mañana, es raro que yo anduviera en la calle a esa hora, pero quedé de llevar a mi mamá a un estudio del corazón cerca de la UAN así que circulaba por la avenida Victoria rumbo a la Zapopan. En el semáforo de la Victoria y México vi a dos muchachas con el uniforme de Coppel cruzando la avenida, me llamó la atención que pasaron y después de unos segundos regresaron apresuradas, iban acompañadas. En ese momento pensé que era algo raro pero no le di atención mientras se ponía el color verde en el semáforo y de la Victoria me incorporaba a la México para girar a la derecha inmediatamente a avenida Proyecto.

Al voltear para atrás vi a una persona en la parada de camiones que estaba mirando fijamente hacia arriba, y ya no aguanté y de plano también giré mi cara en esa dirección y con sorpresa observé que estaba una mujer sentada justo en la orilla, ahí en el filo del barandal del puente peatonal, sola, muy sola, en las alturas, viendo hacia la nada, a punto de saltar.

Me estacioné en la pura esquina porque mi primer pensamiento es que estaban haciendo alguna reparación o pegando algún cartel, pero cuando me bajé del carro noté con mayor claridad la escena: una mujer de unos 28 a 30 años se veía triste, llorando. Mi instinto fue tratar de llamar al 911 pero al voltear vi una patrulla sobre la avenida Proyecto pero más lejos casi llegando a la calle San Luis, en el siguiente semáforo y le comencé a hacer señas que regresara y al mismo tiempo miraba hacia el puente esperando que la mujer en la orilla no me viera y tomara una mala decisión.

La patrulla no me miró o simplemente pensó que estaba hablándole a alguien más, porque hasta el claxon les toqué pero ya parecía yo un loco ahí a media calle; mi segundo instinto fue sacar el celular y comenzar a transmitir en vivo en alguna plataforma para que alguien llamara a alguna autoridad. Pero fue justo ahí cuando vi que una patrulla que circulando por la México se dio la vuelta en U y se detuvo frente al puente peatonal.

Cuando bajó un policía de la unidad y la mujer del puente lo observó pensé que se iba a aventar, pero desde arriba ella solo los miró fijamente, en ese instante vi cómo una mujer policía subía los escalones del puente lo más rápido posible, de dos en dos como en las persecuciones de las películas, y aun así no sé por qué sentí que tardó una eternidad en llegar arriba.

Pero cuando por fin lo logró, vi cómo lentamente se acercó a la mujer del puente y ésta la observó fijamente mientras la mujer policía se acercaba más, y no sé en qué momento la abrazó. No hubo forcejeo, fue casi como si la mujer del puente estuviera esperando ese abrazo.

Después subió igual de rápido un policía hombre y entre los dos uniformados la ayudaron a bajar, igual sentí que lo hizo de una manera suave como dejándose llevar por el viento pero ya en la seguridad de los brazos de los elementos con placa.

Después de todo esto, sentí que ya iba tarde a la cita con mi mamá al médico, así que sólo subí a mi carro y me fui de ahí pensando que ya todo había acabado, por lo menos para mí. Al revisar mi celular noté una foto que tomé y que no puedo explicarla, quizá por la adrenalina, la desesperación, o la tristeza. Todavía no lo puedo describir, acababa de ser testigo de un intento de suicidio, pero la foto registró más que eso, la imagen de la mujer policía abrazando como aferrándose a la mujer del puente.

Estuve pensando en esa foto todo el día, y me di cuenta de lo poderosa que resultaba porque representaba una dualidad, las dos caras de la moneda, por un lado la mujer del puente con una mirada frágil, triste, rota, con angustia y stress, queriendo terminar con su vida y por otro lado, la mujer policía con una mirada fija, firme, segura y salvando una vida.

Esa es justo la fotografía que le mostré a mi mamá y, como ya dije, con su cara de asombro se limitó a decirme; “Que Dios le dé fortaleza a esa pobre niña, gracias al cielo esa mujer policía estaba ahí para ayudarla”.

Paco Mondragón es Director de Arte en www.consentidocomun.mx

Publicidad
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
Related News
Publicidad