Redacción Sentido Común
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) impulsa el desarrollo de un antiviral efectivo contra el SARS-CoV-2, que ha demostrado resultados significativamente mejores a los de grandes farmacéuticas como Pfizer y Merck.
Ante la evidente relevancia nacional e internacional, el trabajo A potent virucidal activity of functionalized TiO2 nanoparticles adsorbed with flavonoids against SARS-CoV-2, (Desarrollo de un antiviral específico contra SARS-CoV-2) fue merecedor del Premio a la Investigación 2023 otorgado por esta casa de estudios.
La creación del antiviral es mediante una tecnología basada en el uso de nanopartículas de dióxido de titanio (TiO2) y flavonoides de origen natural, informó el doctor Armando Mejía Álvarez, quien junto a la ingeniera bioquímica Gabriela León Gutiérrez y los doctores James Edward Elste, Carlos Cabello Gutiérrez, César Millán Pacheco, Mario H. Martínez Gómez, Rafael Mejía Álvarez y Vaibhav Tiwariy, desarrolló la propuesta.
“A diferencia de la vacuna que estimula al sistema inmune para contender contra la enfermedad, el antiviral es un compuesto que ataca directamente al virus para evitar que se propague dentro del organismo”, indicó el doctor Mejía Álvarez.
El profesor del Departamento de Biotecnología de la Unidad Iztapalapa indicó que tanto la vacuna como el antiviral son complementarios porque mientras uno previene, el otro ayuda a la persona que está enferma para que se recupere lo más pronto y con el menor daño posible.
De acuerdo con el doctor Mejía Álvarez, el uso de los antivirales que actualmente están en el mercado es restringido para cierto tipo de pacientes; por ejemplo, si una persona tiene problemas hepáticos no es recomendable, igual que aquellos que padecen alguna comorbilidad, situación que reduce el universo de pacientes que los pueden ingerir, aunado al costo de estos, que es elevado.
“El antiviral que proponemos es más accesible y, sobre todo, no tiene contraindicaciones para nadie, así que cualquier persona lo podría tomar; hemos realizado estudios in vitro y con animales de laboratorio demostrando que no existe citotoxicidad, genotoxicidad ni ningún efecto tóxico crónico, ni subcrónico”.
También, destacó que se realizó el estudio clínico Fase I en 20 personas voluntarias sanas sin que se encontraran efectos secundarios, a partir de la utilización de 60 pruebas de laboratorio y valoración médica. De igual manera, se realizó la Fase 2 con resultados contundentes. Actualmente, se espera conseguir fondos para realizar la fase 3 y poder tenerlo y a la disponibilidad de todos.
La investigación ha sido publicada en la prestigiosa revista Applied Microbiology and Biotechnology y a nueve meses de su lanzamiento cuenta con ya con diez citas, lo que revela el impacto que ha tenido a nivel nacional e internacional.