CUENTO AL MINUTO 11: Curso de oratoria
Agradezco al maestro Juan por meterme a este curso de oratoria. Tengo dos minutos y quiero contarles cómo es mi mamá. Se llama Hortensia. Ella nació en el departamento de Ahuachapán, en El Salvador, y cuando tenía cuatro años la trajeron sus padres a México, con la intención de cruzar al otro lado. Sin embargo, algo pasó y quedó sola en Tijuana, en donde la recogió Mima, una niña de la calle que vivía en la plaza de Santa Cecilia. Con su protección, mi mamá creció hasta los nueve años, pero se perdió y la cruzaron a San Diego, en Estados Unidos, donde la lastimaron y le hicieron muchas cosas malas. Tenía doce años cuando pudo escapar y cruzó la frontera para buscar a Mima en Tijuana, pero no la encontró, pues había venido aquí, a Xaloztoc, para ver si aún vivía su abuela. Como pudo, Hortensia viajó a este pueblo y localizó a su amiga. La adoptó la familia de ella. Me tuvo poco antes de cumplir los diez y siete años, o sea, hace trece años. Cuando nací, dijo que yo tenía unos lindos ojitos como pajaritos. Enviudó cuando iba a cumplir dos años. Entonces, comenzó a cantarme todo el tiempo, y lo hacía tan lindo que la gente se paraba a escucharla. El padre Emigdio le pidió que cante para los enfermos del dispensario médico de la iglesia. Lo hace todas las mañanas, mientras estoy en clase. ¡Allá viene! ¡Miren afuera! Es la señora negra a la que le falta una pierna y usa muleta.
Imagen de autor no identificado, que muestra un fragmento de la pintura de la monja Louise-Marie-Thérése, conocida como la «Monja Negra de Moret» en el siglo XVII.
