Redacción Sentido Común
Un grupo de investigadores ha desarrollado un proceso para convertir los desechos vegetales de la agricultura y celulosa extraída de la madera en combustible de alta densidad para aviones, según un estudio publicado hoy en la revista Cell Press.
“El avión que usa este combustible puede volar más lejos y transportar más que aquellos que usan combustible de avión convencional, lo que puede disminuir el número de vuelos y las emisiones de CO2 durante el despegue y el aterrizaje”, argumentó el autor principal, Ning Li, del Instituto Dalian en China.
La celulosa, el componente principal del biocombustible, es un polímero “barato, renovable y altamente abundante” que forma las paredes celulares de las plantas, según los investigadores.
Para Li, este nuevo biocombustible “es importante para mitigar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) porque se deriva de la biomasa y tiene una densidad más alta” en comparación con los combustibles de aviación convencionales.
Esta alta densidad permite que se pueda aumentar “significativamente” el alcance y la carga útil de las aeronaves sin cambiar el volumen de petróleo en el tanque.