Luis Guillermo Hernández Aranda
Finalmente el Tribunal Federal Electoral dio certidumbre al confirmar el resultado de la elección celebrada en Coahuila el pasado 4 de junio donde el ganador fue Miguel Riquelme. Cinco meses después, los magistrados resolvieron que no había motivos para anular la elección.
Sin duda, Coahuila vivió el proceso electoral más competido de su historia, pero también el más violento, tal vez sólo equiparable con la elección presidencial de 2006 donde los contendientes Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador polarizaron al País.
Algo similar ocurrió en el estado, donde desde los tiempos de campaña se vivieron diferentes expresiones de violencia. Familias y amigos se dividieron por sus preferencias políticas al mismo tiempo que, de manera inédita, hubo violencia de lenguaje en las redes pero también de género. Muchas de las descalificaciones de la que fue objeto la Consejera Presidenta del IEC, Gabriela de León, fue por su condición de mujer.
Cinco meses tardó en llegar el resolutivo, tiempo en el que Guillermo Anaya y su Frente Digno fueron escuchados en todas las instancias para presentar las pruebas de lo que ellos consideraban anomalías de la jornada electoral. También sus argumentos se presentaron en todos los medios de comunicación, tanto locales como nacionales además de la difusión en redes sociales. Es decir, cinco meses después el Frente Digno no puede decir que sus argumentos no fueron escuchados.
A menos de 10 días de que Rubén Moreira entregue el poder a Miguel Riquelme, es importante darle la vuelta a la página y dejar a un lado los insultos, las descalificaciones y sobre todo la violencia. Finalmente, todos vivimos en una misma casa que se llama Coahuila.
La resolución del Tribunal Federal Electoral confirma que el Instituto Electoral de Coahuila hizo un buen trabajo, pero sobre todo los ciudadanos encargados de contar nuestros votos. Al descalificar al Instituto denostábamos el trabajo de los miles de ciudadanos que sacrificaron su domingo para recibir y contar nuestros votos.
Coahuila y México necesitan de instituciones fuertes, sólo así podremos fortalecer nuestra democracia. Pero aún más importante es dejar ya a un lado el encono y entrar en un proceso de reconciliación.
Los retos que tiene el próximo Gobernador, pero sobre todo la sociedad en su conjunto, son muchos. Por ejemplo, mantener los niveles de seguridad. Coahuila le dio la vuelta al tema de la violencia, no podemos regresar a los tiempos de hace más de ocho años donde estábamos secuestrados en nuestra casa. El trabajo es de las autoridades, pero también de nosotros los ciudadanos, quienes no debemos ceder las calles. Una vez recuperado el espacio público por familias artistas, activistas, este no debe regresar a manos del crimen.
En este escenario, la participación ciudadana será de gran importancia para vigilar las acciones de Gobierno y éste cumpla las expectativas creadas, porque todos vivimos en misma casa y queremos lo mejor para nuestras familias.
Resulta mezquino apostarle al fracaso de la futura administración, por el contrario lo deseable es que sea una buena gestión porque, más allá de intereses políticos y partidistas, el barco se llama Coahuila y en ese viajamos todos, hagamos votos para que el discurso se convierta en realidad y el estado en el que vivimos sea capaz de aumentar su Producto Interno Bruto, generar miles de empleos y mantener los niveles de seguridad que nos ha costado tanto tener.
Cerrado el capítulo electoral, todos debemos unirnos porque Coahuila es más importante que los intereses particulares.
@lharanda
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