Redacción Sentid Común
Durante el partido disputado el 21 de noviembre entre Argentina y Brasil, en Río de Janeiro, una aficionada argentina fue acusada de gritar insultos racistas, la hincha argentina se refirió a su víctima como “pedazo de mono” tras lo sucedido fue llevada ante el tribunal.
Una jueza brasileña decretó prisión preventiva contra la aficionada que fue acusada, luego de considerar demostrada la injuria racial y afirmó en su decisión que se trataba de un “crimen grave recurrentemente practicado”.
Cabe destacar que el crimen de injuria racial está castigado en Brasil con penas de entre dos a cinco años de cárcel, además de una multa, y no se permite eludir la prisión preventiva mediante el pago de fianza.