Dr. Carlos Díaz Abrego
El presidente de México visitó Guanajuato el viernes pasado, fue una visita descafeinada que prácticamente tomó a los guanajuatenses indiferentes y sobre todo, pocos muy pocos se enteraron de la visita del ilustre visitante al municipio de Tierra Blanca. El mandatario mantuvo un diálogo con los pueblos indígenas del estado.
Concretamente con los pueblos Otomí y Chinampeco en el centro comunitario de Desarrollo Cañada de Juanica, donde dio a conocer que cumplirá el compromiso de pavimentar el camino de Atarjea, así como también de llevar más acciones en esa región del estado, que es de las más oprimidas, olvidadas y pobres en Guanajuato.
López Obrador dio a conocer en esta visita que continuará apoyando a las comunidades más pobres del estado y prometió que volverá a Tierra Blanca, así como a otro de nuestros municipios más pobres, Xichú. Sale de sobra decir que los habitantes de Tierra Blanca y las dos comunidades indígenas antes mencionadas, estaban verdaderamente emocionadas con la visita del presidente de México.
El primer mandatario continúa su camino que construyó con tanto éxito y que lo llevo al lugar que hoy ocupa, apostando por los más pobres de los pobres y cimentando el camino para que más pobres vean en él, la esperanza de sus comunidades y sobre todo, la única opción verdadera que puede sacarlos de la miseria y de la desigualdad que por generaciones han vivido.
También aprovechó el presidente a retar al gobierno el estado, para “ver quién es quién” en materia de servicios de salud, una vez que el actual gobierno estatal no se adhirió al Insabi. Señalando que una de las tantas ventajas que es vivir en democracia, es que cada estado y municipio sea libre de tomar la mejor decisión con respecto a las políticas públicas que más convienen a la comunidad.
El gobernador del estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo hizo una invitación a que desaparezca la división entre los diferentes niveles de gobierno y que sobresalga la cooperación entre los gobernantes sin importar el partido o ideología a la que pertenecen. Dejar a un lado las broncas y los estruendosos discursos de funcionarios que se culpabilizan unos y otros de los pocos resultados de sus acciones. Destacando el gobernador en su discurso, que los programas federales no compiten con los programas estatales, sino que se complementan.
La visita no estuvo exenta de grilla y polémica como todas las visitas que hace el presidente de México, donde pretende tomar pulso de su fuerza política y aceptación del pueblo, con porras y acarreados que lleva de un lado a otro, que por un lado los vitorean y por otro, manipula dichas masas para chiflar y gritar consignas en contra del gobernador de casa.
Los silbidos en contra de nuestro gobernador no se hicieron esperar, aunque débiles, pero el presidente no se fue en blanco y se llevo también pitidos y gritos de inconformes guanajuatenses que simplemente no están de acuerdo con sus formas de gobernar, ni con sus programas de gobierno. En fin, fue un buen pulso de popularidad entre AMLO y Diego Sinhue, donde salieron tablas.
AMLO anunció que nuevamente asistirá al estado el próximo día 16 de febrero, visitará Pénjamo y Romita, para inaugurar los cuarteles de la Guardia Nacional que han sido construidos en estos municipios. En Guanajuato son 18 bases las que abrirán, las principales se encuentran en Silao, Celaya, Irapuato y Salamanca. En León ya está construido un cuartel.
Hay que estar atentos a esta nueva vista presidencial, esperando y deseando que en verdad los tres niveles de gobierno se coordinen y respeten la aplicación de sus políticas de gobierno, en aras del pueblo de Guanajuato.
¿No cree usted?