Rafael G. Vargas Pasaye
Se tengan años en la brega o sea el primerizo o primeriza en la arena política electoral, hay situaciones en toda campaña electoral en las que se debe prestar especial atención para evitar excesos de confianza, máxime en un entorno donde las campañas políticas son tan breves.
Bien dice el dicho popular: en política no hay sorpresas sino sorprendidos, por eso comparto algunas ideas inexactas que se presentan en campañas electorales:
Que todos los de una casa por dejar colocar la lona o propaganda, van a votar por quien aparece en ella.
Que las fotos masivas aseguran votos.
Que los likes o reacciones en redes sociales marcan el ritmo de la campaña.
Creer que alguien del equipo propio, al saludar a alguien del equipo contrario, ya traicionó.
Que algún proveedor “regalará” o dará “gratis” productos o servicios.
Que la familia votará por la opción propia. Los apellidos no aseguran nada.
Que trabajar hasta tarde es más productivo.
Que la agenda se arma con imaginación e intuición.
Que la estructura electoral sabe hacer su trabajo.
Que los RCs y RGs están capacitados. Y que todos los candidatos saben qué es un RC y un RG.
Que el partido financiará la campaña.
Que todo es caro.
Que las encuestas son definitivas.
Que invertir en investigación es pérdida de tiempo o gasto innecesario.
Que el sobrino, por tener muchos seguidores en Facebook, puede hacerse cargo de la campaña digital.
Que el compadre será buen administrador de los gastos de la campaña.
Que nadie se enterará de las historias del pasado.
Que una crisis terminará por sí sola.
Que la decisión del voto es cien por ciento racional.
Que una foto gana una campaña.
Que la gente siempre vota igual y no cambia de idea durante la campaña.
Que un debate cambiará la percepción de la mayoría del electorado. Que la gente verá el debate.
Que sólo “echándole ganas” se solucionarán las cosas.
Y otras tantas que, en cualquier punto del país, en este momento cobre vida. Sin embargo, se agradecen estas vivencias pues le dan un toque especial a cada proceso electoral, y pese a todo lo perfectible que puede ser, es el que mejor nos ayuda a definir democráticamente quién nos gobierna.
@rvargaspasaye
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