Iván Soto Hernández
Una vez que se supo quiénes serán los candidatos que postule el Partido Acción Nacional (PAN) a los diferentes puestos de elección popular para los comicios del 1 de julio, el panismo duranguense ha entrado a una etapa de crisis interna que llega a niveles de alerta.
Dicho de una manera coloquial, el PAN tiene más la apariencia de un polvorón, pues se muestra poroso y tiene grietas importantes que amenazan con fragmentarlo como partido, pero sigue siendo una sola pieza.
Hasta ahora, al menos, Acción Nacional no sufre el éxodo de cuadros que padece por ejemplo el PRI en Durango, alimentando las filas de Morena. Sin embargo, hay señales que indican que el panismo inconforme podría ser un auténtico peligro interno dentro de poco.
Veamos:
1.- Ayer, Rodolfo Elizondo Torres, Jefe de Asesores del Gobernador de Durango, José Aispuro Torres, lanzó una serie de tuits de denuncia para dar a conocer un posible acto irregular aprobado, según el propio Rodolfo, por la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco).
Elizondo sabe que su labor como asesor es recomendar al interior acciones a realizar ante los temas de riesgo que como tal observa, en vez de subirlos en público a sus redes sociales. No obstante, debe preocupar al Mandatario que suceda de esta manera y genere tantos dolores de cabeza quien debería ser aliado.
El Jefe de Asesores deja entrever una posible ilicitud al ser donado al empresario Ricardo Karam Ahuad un terreno del Centro Logístico e Industrial de Durango (CLID), con valor de 40 millones de pesos y una extensión de seis hectáreas, por parte del Gobierno Estatal a través de Sedeco.
No obstante, aunado a ello es evidente que ya hay un rompimiento de Elizondo con Rómulo Campuzano González, quien se habrá de quedar con la dirigencia estatal del PAN si se confirma el espacio de Lorenzo Martínez Delgadillo en la lista de plurinominales.
2.- Esta misma semana, el segmento azul identificado con Rodolfo Dorador y Juan Quiñónez ha asumido el papel del grupo incómodo en la nueva era del panismo local, sobre todo a partir de que han sido desplazados de los espacios que se disputarán el 1 de julio.
Y es que, la molestia de los cuadros identificados con este grupo radica en haber sido completamente marginados de las candidaturas a senadores, diputados federales y locales en Durango, y relegados del Comité Directivo Estatal, pese a su militancia de muchos años.
Cierto, el CEN del PAN ha retrasado de manera ya muy sospechosa la ratificación de los candidatos que recientemente aprobó la Comisión Nacional Permanente, y hay quienes afirman que por ello el grupo de Dorador y Juan Quiñónez se mantienen apostados en la Ciudad de México en la exigencia de que haya cambios en esas listas, o habrá crisis, así de simple.
3.- La lógica indica que todo debería ser más fácil para el panismo local pues gobiernan la entidad, el Ayuntamiento de la capital y las diputaciones locales con cabecera en el municipio de Durango. Además de que tienen enfrente a un PRI que no supera sus problemas.
Sin embargo, sucede todo lo contrario: el panismo se pelea en estos momentos como guerra de guerrillas donde hay vencedores y vencidos, solo que los derrotados no se quieren
Quedar quietos porque saben que callarse ahora y aceptar con sumisión lo que ocurre, equivale a morir políticamente el resto del sexenio, cuando menos.
Cada grupo en el PAN está haciendo el análisis de la batalla interna para saber con qué cuenta y con cuál actitud y rol entrarán a las próximas campañas.
Por ello, no sería descabellado ver a importantes cuadros del blanquiazul promoviendo el voto en contra o con una actitud pasiva y de desgano hacia sus candidatos, como consecuencia de haber sido borrados del mapa.
4.- El Gobernador del Estado, Aispuro Torres, por lo pronto ha decidido poner tierra de por medio y al parecer inicia una gira por diversas ciudades de China para promover la inversión a Durango.
Aispuro y su equipo operativo esperan que en ese lapso se calmen las aguas, el CEN decida finalmente las candidaturas y, una vez que vuelva del Continente Asiático, hacer los acomodos necesarios tanto a su gabinete como a la estructura de mando de su aliado político.
La prioridad del Ejecutivo en el PAN es -o debe ser- tratar de cicatrizar heridas y lograr la unidad que tanta falta le hará al partido en el poder, en especial si realmente quieren refrendar las victorias y el buen ánimo que arrojaron las urnas en el 2016.
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