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ADICCIONES, ¿UNA DECISIÓN?

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Juan Chávez

Es innegable, la adicción al alcohol o algún tipo de drogas ilegales en nuestra sociedad es el pan nuestro de cada día, no es necesario que nos admiremos con el caso del conocido de un amigo, de la compañera de trabajo o del hijo del vecino de la colonia, no, basta con que volteemos a ver a nuestra familia completa; si tenemos suerte tal vez no es nuestro padre, madre, hermano o hija, pero lo más probable es que por ahí hay alguna prima, sobrino o tío que sufre esta lamentable enfermedad.

Y es que cada año 269 millones de personas en el mundo consumen de manera recurrente drogas ilegales, de las cuales casi 36 millones son adictas y por lo menos 600 mil pierden la vida anualmente por sobre dosis, según el Informe Mundial Sobre las Drogas 2020, que presentó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en donde se precisa también que solo una de cada ocho personas que necesitan tratamiento de adicciones lo reciben, y lo hacen hasta que es una situación verdaderamente grave.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud anualmente mueren de manera directa cerca de 4 millones de personas a consecuencia directa del consumo de alcohol, más otro par de millones que fallecen de manera indirecta por el uso de drogas ilegales; el tema de las adicciones es verdaderamente alarmante, porque nuestro país y estado tienen altas incidencias en esta problemática social.

Nayarit se encuentra entre las tres entidades en México, con un porcentaje más elevado en el consumo per cápita de cocaína y metanfetamina, y entre los primeros 5 en el consumo de alcohol, mariguana, cristal y cualquier droga, según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco más actual, que presenta la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC).

Dicha situación debe preocupar no sólo a las autoridades, sino también a la sociedad, a los padres de familia; el abuso del alcohol y las drogas es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes del mundo y el hecho de que Nayarit sea líder en México es algo verdaderamente preocupante y que —hasta cierto punto— está siendo minimizado por la ciudadanía.

El sufrimiento por el que pasan no sólo los adictos sino su familia y seres queridos es demasiado grande. Robo a casas, asaltos a mano armada, a amigos e incluso familiares y diversos actos ilegales que ni siquiera nos imaginamos pero que ponen en riesgo su vida, son cuestiones comunes para una persona adicta. Hoy en día muchísimas personas en nuestro estado requieren de atención para tratar su problema de adicción pero las instituciones certificadas para dar un tratamiento de calidad no son suficientes para atender la demanda.

De acuerdo al Consejo Estatal Contra las Adicciones de Nayarit (CECA), en la entidad hay aproximadamente 50 centros de rehabilitación en adicciones censados, de los cuales únicamente 4 cuentan con la certificación del CONADIC, por lo que los demás realmente son anexos y están expuestos a ser clausurados en cualquier momento por la autoridad competente; no obstante, se estima que hay más centros que no han sido censados y que operan en las sombras, cobrando cuotas semanales muy elevadas aprovechándose de la necesidad y desesperación de los familiares de los adictos.

“Existen otros que operan en la clandestinidad y en la ilegalidad por no tener la documentación mínima requerida, estos centros no tendrían que estar operando por ningún motivo. Cuando entramos en esta administración, a la hora de revisar los centros encontramos que en muchos recibían menores de 16 años, con hacinamiento, insalubridad y prácticas que ponían en riesgo la integridad física y la vida del paciente en recuperación”, declaró recientemente el Director del CECA en Nayarit, Juan Antonio Cambero Pérez.

La adicción a las drogas es una enfermedad con causas múltiples: desde problemas en la infancia, cuestiones socioeconómicas hasta genéticas, entre muchas otras, así que todos estamos expuestos a sufrirla, cualquier persona, sin importar clase social o sexo. Ser adicto no es una elección que alguien hace, es una respuesta al dolor emocional, eso sostienen actualmente los especialistas de la salud mental y es una premisa con la cual coincido.

No conozco a ninguna persona que sueñe o anhele convertirse en un adicto y eso es porque nadie desea sufrir, así que debemos ser más empáticos con quienes pasan por una adicción, pero sobre todo hay que compartir más tiempo con nuestros seres queridos, involucrarnos en sus vidas y reafirmar los vínculos emocionales, esto como una primera medida de prevención, que creo, puede hacer la diferencia. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi correo juanfechavez@gmail.com

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