Rafael G. Vargas Pasaye
La portada de aniversario número 42 de la revista Proceso lleva una imagen del Presidente electo Andrés Manuel López Obrador y de texto: “AMLO se aísla. El fantasma del fracaso”. Nace de una entrevista que le hacen al constitucionalista Diego Valadés, en una nota que en interiores lleva por título: “López Obrador, sin proyecto político”.
La respuesta de los proamlo, amlovers y personalidades cercanas al presidente electo no se hicieron esperar, resaltando las de la presidenta de MORENA: Yeidckol Polevnsky, quien comentó en sus redes sociales: “El problema no es convertir una disparatada opinión personal en una desafortunada frase de portada […] el problema es que una revista que fue progresista desató el repudio y la indignación popular”.
Por su parte, Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de AMLO en un tweet comentó: “Los extremos pueden tocarse y abrazarse. Bienvenida la pluralidad y el debate. Lo bueno es el desenmascaramiento”. Pero la respuesta que recibió en redes sociales no fue la que se acostumbraba en campaña. Ahora también llegaron insultos y descalificaciones. El ejercicio de gobierno sin serlo en funciones también aplica aquí.
Y por supuesto la del mismo presidente electo quien en un video en sus redes sociales calificó a la revista como “sensacionalista, amarillista”, y también dijo: “así es la libertad, así es la democracia, es libertad de expresión, no es pensamiento único y yo no aspiro a ser un dictador”.
El tema de fondo no es ya que salgan a responder, sino que la respuesta contenga descalificación sin mayores argumentos. Parece que no se va a soportar la crítica los próximos seis años. Que ante cualquier llamado a algo contrario a lo que se piensa en ese grupo político vendrá cuando menos la descalificación.
Cabe recordar que la crítica siempre debería ser bienvenida, ayuda para corregir las fallas. Además, no se puede pensar que por el simple hecho de ser quien es ya por eso todo va a estar bien. La osmosis no ha sido una ciencia comprobable en cuanto al comportamiento humano y su desempeño en la administración pública se refiere. Todavía se necesita un poco más.
Ahora bien, del otro lado, los nuevos oficialistas exageran en la defensa ultranza de su líder supremo. La piel morena no debe ser la más sensible. Perderán credibilidad de seguir por ese camino, tarde que temprano es bueno reconocer cuando algo está fallando. De tal forma es que en la aldea de la opinión (que no es la misma que la de la información por muy cercanas que estén) debe haber espacio para los puntos a favor, para los puntos en contra, y también para la tolerancia.
Ese es el gran tema con la polarización que genera Andrés Manuel López Obrador, y él lo ha dicho en varios espacios: los que no están conmigo están contra mía; y somos muchos los que no lo vemos como El Salvador pero tampoco como Un Peligro para México. Debe pensar en ese otro gran tercer sector que también opina y vive aquí.
@rvargaspasaye
