Rafael G. Vargas Pasaye
Guanajuato fue el único estado del país que el domingo 1 de julio de 2018 mantuvo el color original del panismo en México en un mapa teñido de los colores de Morena. Y todo eso tuvo una explicación.
En la tierra donde la vida no vale nada hay un trabajo del gobierno estatal desde hace años, una labor que reconoce la gente, y que mantuvieron al gobernador Miguel Márquez como uno de los mejores calificados a lo largo de su sexenio. En Guanajuato la marca del PAN juega a favor.
En la campaña reciente hubo algunas figuras locales con arraigo que ayudaron a contener el efecto López Obrador en lo local, y de esa forma abonaron en votos a favor de Ricardo Anaya.
Una razón de peso también es el excelente candidato en la persona de Diego Sinhue Rodríguez, con experiencia como secretario de Desarrollo Social y también como legislador, con una cercanía con la gente que facilitó su labor en campaña. Con claridad en ideas y propuestas que hizo un papel bastante notorio en los debates y que en cada oportunidad de espacio mediático lo explotaba al máximo.
Esto hizo el perfecto empate con una campaña efectiva y positiva (la palabra “SÍ” era parte del eje de campaña: “Dile SÍ a un Mejor Guanajuato”, el slogan), con una preparación en tierra que combinaba con lo que se veía en televisión, escuchaba en radio y consumía en redes sociales. Aunado a los eventos donde se contó con la participación del candidato presidencial, de subrayar el de arranque de campaña donde se llenó el estadio de futbol de Celaya (18 mil personas aproximadamente).
Sumado a ello también existió una metodología distinta a lo que se venía haciendo en las campañas panistas en Guanajuato, con un trabajo de partido y de campaña que se notó. Con una tarea de campo que bien ejecutada se tradujo en un resultado de votación que respondía precisamente a ese trabajo. Esto es motivar la votación de los que votaron por esa opción, no más, no menos.
La victoria de Diego Sinhue es un triunfo de muchos, pero sobre todo de aquellos que trabajaron para que Guanajuato siga por la senda que viene desde Carlos Medina Plascencia en 1991, pasando por Vicente Fox, Juan Carlos Romero Hicks (él mismo ganador de una diputación federal por mayoría), Juan Manuel Oliva y el actual Miguel Márquez.
A nivel local la gente optó por darle el voto a diferentes fórmulas, de tal suerte que (para esta elección municipal no hubo alianza en el frente) el PAN obtuvo 25 municipios entre ellos León, Guanajuato, Celaya, Irapuato; el PRD ganó 2; mientras que el PRI se llevó once entre ellos Dolores Hidalgo, el Parido Verde otros dos, el PANAL 1, y la Coalición Morena, PT, PES alcanzó 5 entre ellas Salamanca.
Sin embargo el voto por los distritos locales marcó una notoria diferencia pues allí solamente el distrito XV con cabecera en Salamanca lo obtuvo la Coalición Juntos Haremos Historia, mientras que los restantes 21 distritos se los llevó el Frente del PAN-PRD (aunque en un distrito de León fueron solos y lo ganó Acción Nacional).
En Guanajuato como en buena parte del país es el espíritu de la democracia lo que permeó, y quizá el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, más allá de ver con resentimiento al único estado que no le votó mayoritariamente, lo vea como esa oportunidad de hacer equipo con un gobernador querido por su gente, con un gobernador electo mayoritariamente respaldado por la ciudadanía, y con una sociedad que seguirá empujando por hacer bien las cosas.
@rvargaspasaye