Gerson Hernández Mecalco
Nadie sabe qué pasará los próximos seis años, hay más preguntas que nunca, pero a una semana del triunfo legal y legítimo del Tlatoni de los 30 millones, López Obrador, empezamos a conocer y analizar la comunicación política y las contradicciones de la cuarta transformación que va de la Independencia, la Reforma, la Revolución mexicana a la megalomanía. En menos de una semana hemos leído y confirmado en Twitter los destapes de Belinda, hemos escuchado frases de Tatiana Clouthier que piden “bajarle dos rayitas a las bromas”. Carlos Urzúa, nominado para la SHCP, aseguró que sí habrá aumentos a la gasolina, no se llamarán gasolinazos, pero sí “ajuste inflacionario”.
Ante la transformación del país, el lenguaje y la comunicación también cambia. Dicen que minutos después de la victoria de López Obrador y durante todas las reuniones que ha tenido, las minutas nos resumen los acuerdos, con el siguiente pasaje histórico:
– Presidente Porfirio Díaz: ¿Qué hora es?
– Su edecán o acompañante: La que usted ordene, señor prejidente.
¿Y los medios? Vale la pena preguntarse ¿cuál será el papel de la labor periodística?, Ana Paola Ordorica escribió en Twitter que ya quitó las notificaciones de varios medios de información debido a que “ni cuando ha venido el Papa a México envían tantas como ahora (de) todo lo que hace, dice y a dónde se mueve AMLO, lo quieren notificar. Ridículo”.Pablo Hiriart asegura que algunos actores de la oposición “han comenzado a endiosar de manera indecorosa para una República en el siglo XXI”. Pero mejor vamos por partes:
Ejemplos de la transformación. Tatiana Clouthier pidió en entrevista con Carlos Loret de Mola en Televisa: “Requerimos que la paz empiece como una paz individual y eso empieza desde la manera en cómo te hablo a ti y cómo empiezo a dirigirme a ti”, para los mal pensados esto es una amenaza a la libertad de expresión, pero hay que llamarla la comunicación de la cuarta transformación.
Presidentes de más de 50%. Si López Obrador quería pasar a la historia, los más de 30 millones de votos lo ayudaron a lograr su objetivo. En otros países hubo —y hay—personajes que pasaron a la historia por conseguir este apoyo como Perón en Argentina, con votos mayores a 62%. En Colombia Juan Manuel Santos obtuvo el 69,5%. En México en 1976 López Portillo más del 90%, Lázaro Cárdenas en 1934, 98.19% de los votos. No se pueden profetizar los resultados que tendrá AMLO en los próximos seis años, pero esta semana hemos leído algunas pinceladas que nos hacen dudar. Por ejemplo ¿desaparecer todas las delegaciones y dependencias federales y sustituirlas por coordinaciones generales de gobierno significa nombrar 31 gobernadores de facto?
Daniel Cosío Villegas. A su trayectoria como historiador, diplomático y profesor, al final de su vida sumó la de líder de opinión. ¿Cuál fue la causa de su interés por la actividad pública nacional? El movimiento de 1968, cuyo surgimiento inspiró su curiosidad por oponerse a un sistema presidencial inflexible. En el libro Labor periodística el Gabriel Zaid escribió “que Cosío Villegas puso la muestra de que la crítica razonada y respetuosa era posible y necesaria (sus textos) eran una especie de terapia colectiva… no hay sino un remedio: hacer pública de verdad la vida pública del país”. El maestro Cosío escribió libros, fundó instituciones, escribió textos con sentido del humor, pero lo más importante “dejó un público lector que lo acompañaba en la plaza pública y en el estirón: que se volvía más ciudadano y menos súbdito”. Hoy necesitamos menos súbditos a la comunicación de la cuarta transformación y megalomanía del Tlatoani.
*Académico de la FCPyS—UNAM, IPN, UIA y consultor político @gersonmecalco
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