Rafael G. Vargas Pasaye
Como muchos estoy a favor de bajarle dos rayitas a varias cosas como lo propuso la excoordinadora general de campaña de AMLO y futura subsecretaria de gobierno Tatiana Clouthier, pero la duda que se genera -y creo que no sólo es a mi sino más generalizada-, es ¿a qué le debemos bajar dos rayitas?
¿A la falta de respeto a las instituciones que todavía no se representan de manera legal, aunque de facto ya desean o les urge empezar?
¿A las mentiras por querer quedar bien con el jefe inventando que participarán personalidades como Su Santidad El Papa Francisco en eventos del nuevo gobierno, teniendo la Santa Sede que salir a desmentir a través de su vocero?
¿A las propuestas sin sustento real ni estudios que al menos hagan pensar que no es una ocurrencia el traslado de dependencias completas con toda su estructura a otra entidad fuera de la ciudad capital?
¿A la falta de respeto a los votantes de Puebla donde en la competencia para el cargo de gobernador simplemente Morena y su candidato no se vieron favorecidos con el voto mayoritario, pero el ganador de la elección presidencial dice que para ellos “el gobernador electo es Miguel Barbosa”?
¿A la falta de sensibilidad con las miles de familias que entran en la desgastante incertidumbre de sentir, pensar o saber que su empleo se perderá gracias al poder de un plumazo?
¿A la centralización total anunciada de áreas como comunicación social, donde el embudo hará que todo lo económico también se defina solamente con unos pocos, tanto personas como medios?
¿A la falta de respeto del federalismo cuando entren en funciones los superdelegados haciendo que el tablero del poder en las entidades entre en una nueva dinámica donde los gobernadores fueron elegidos por sus habitantes y no así estos superdelegados?
¿A la ausencia de crítica y autocrítica, a los memes en contra incluso de la familia del presidente electo, a borrar el pasado de varios de los colaboradores que han cimentado su permanencia en actos que han dejado mucho que desear?
¿Al desconocimiento de marcos legales y jurídicos que hacen que las propuestas de campaña parezcan ahora un berrinche de gobierno?, ¿a dejar en el olvido el escándalo del partido que tendrá la mayoría en el poder legislativo financiamiento a los damnificados del sismo del año pasado?, ¿al diálogo que todavía no se da con el EZLN pero ya comenzó tropezado?
En esa sintonía me parece bien que le bajemos dos rayitas (para seguir con el lenguaje de Clouthier), o quizá un poco más. Pero que sea parejo, y el ejemplo debe venir diría López Obrador, de arriba para abajo (tal vez los días de vacaciones (reflexión le llama él) le ayuden a ello, pues empieza a preocupar a más de uno que la figura presidencial llegue desgastada al 1 de diciembre, cuando en verdad comience su etapa de Presidente Constitucional y quizá ya consumido su periodo de luna de miel.
@rvargaspasaye