Rafael G. Vargas Pasaye
En memoria de Juan Carlos Huerta
“Lo fugitivo permanece” es el título de una colección de narraciones que tiene su propia historia, la primera edición constó de 21 cuentos mexicanos, pero para las subsecuentes solamente fueron 20, los herederos de Juan Rulfo pedían, según cuentan algunas voces calificadas, una cantidad exorbitante para seguir incluyéndolo.
El título se desprende a su vez de un poema de Quevedo: “lo fugitivo permanece y dura” es la frase completa, todo lo cual viene a colación porque la inmediatez de la vida moderna hace que los ciclos noticiosos sean cada vez menos duraderos.
La nota del día (en la mañana) ya no necesariamente es nota del día (por la tarde o noche). Hace poco más de un año estuve presente en una reunión en Televisa donde nos explicaron los cambios hechos en los noticieros. En el caso del nocturno se habilitaban ahora más reportajes con duración mayor a lo acostumbrado, si antes las notas duraban 10 segundos, ahora el reportaje podía alcanzar los 5 minutos, la razón que se compartió era contundente: la gente cuando llega al noticiero de la noche ya sabe las noticias.
Por ello para el noticiero de la mañana, se debatía la noticia, esto es, la audiencia ya sabe el tema, ahora hay que traer gente que opine sobre los distintos ángulos de la noticia misma. La opinología al servicio de los medios. La generación de expertos en diversos temas.
De allí que ahora encontremos nuevas y variadas voces en distintos espacios. Lejanos quedaron los primeros pasos cuando Julio Scherer García en el Excélsior de los años setenta hacía compaginar las plumas de Gastón García Cantú y de Vicente Leñero, o de Antonio Delhumeau con Jorge Ibargüengiotia, ahora la realidad hace que muchas voces opinen y le den nueva vida al ciclo noticioso.
Incluso, no se necesitan las plataformas de los medios tradicionales para expresar opiniones, las plataformas digitales, en particular las redes sociales, han catapultado personajes, voces y opiniones que tienen mayor cobertura que algunos medios tradicionales, tiene que ver, claro, con factores diversos también: entretenimiento, credibilidad, acceso, entre muchos otros.
Sin embargo, todo lo anterior también suma para que, como decíamos al inicio, ya poco permanece en la mente del espectador. El asesinato de un periodista es nota en lo inmediato, al otro día se refleja en las portadas de los periódicos, pero al siguiente día pasa a nota secundaria si no hay información oficial, y se recuerda solo ante la detención de algún sospechoso o en un aniversario luctuoso.
La indignación no permanece en los medios, cualquier reclamo social nos da razón, lo fugitivo permanece, la nota del día cada vez dura menos. Tiene que ver también con lo que le interesa a la gente y por supuesto, con los gustos, usos y costumbres que tienen en su vida cotidiana. Algo que le afecta será más nota y más importante que algo que le resulta lejano.
Tiene que ver con los medios de comunicación y sus actuales dinámicas, sí, pero también con la forma de las personas de consumir no sólo noticias, sino de cómo enfrentan la vida hoy en día, qué tanto le impacta un hecho, que tanto le molesta o indigna otro. Tiene que ver con niveles de respuesta y de dinámicas sociales también.
@rvargaspasaye