Dr. Abel Ortiz
Con una inversión de 1,413 millones de dólares, el gasoducto Texas-Topolobampo-Mazatlán arrancará operaciones en la segunda quincena del próximo mes de julio, para abastecer por primera vez de gas natural a Sinaloa con una capacidad de 670 millones de pies cúbicos diarios del hidrocarburo de importación, según anuncio del titular de la Secretaría de Energía del Gobierno de la República. En la presentación, se afirmó que este volumen de importación equivale a más de 8% de la demanda nacional actual y representa un hito histórico para la industrialización del vecino estado del norte, ya que el uso del gas natural es 60% más barato que el combustóleo y emite 70% menos CO2. Este proyecto, de origen fue anclado a la demanda del energético por parte de la Comisión Federal de Electricidad para la producción de energía eléctrica, haciendo la reconversión de las centrales de Topolobampo y José Aceves Pozos de Mazatlán Sinaloa, así como la proyección de la construcción de 2 nuevas centrales de ciclo combinado, Topolobampo 2 y 3, y los tres gasoductos de Waha a Topolobampo, El Encino-Topolobampo y el ramal Topolobampo.
Con la puesta en marcha de este gasoducto, Nayarit queda aislado en medio de 2 gigantes: Una terminal en Sinaloa y una en Guadalajara, a 350 kms al norte y a 225 Kms al Sur respectivamente, en una seria desventaja competitiva con el resto del país. Nuestra incipiente planta industrial y la ausencia de proyectos energéticos a base de combustóleo -el último sobre avenida Allende junto a la estación del FFCC se desmanteló hace ya varios años- no justifican desde la perspectiva de la rentabilidad económica, un proyecto financiado con recursos privados, pero si desde el punto de vista de la rentabilidad social, lo que orienta la gestión institucional del proyecto hacia otra fuente de financiamiento. Con la reforma energética se definieron 3 tipos de gasoductos en la conformación del Sistema Nacional de Gasoductos: 1º: De carácter estratégico. 2º: Para unir ramales y tramos necesarios para la actividad industrial y comercial, que los privados construirán dada la demanda de gas en distintas regiones, y 3º: “Sociales”, que licitará el Centro Nacional de Control de Energía para llevar el desarrollo a las distintas regiones que aún sufren del rezago histórico mediante proyectos aledaños de la CFE o Pemex.
A principios del 2017 el Centro Nacional de Control de Energía abrió la convocatoria para la construcción de 578 km de gasoductos para abastecer por primera vez al sur y sureste del país, al considerar que el rezago de esta zona retrasa la competitividad de todo el país. En este paquete se incluyeron dos tramos de “GASODUCTOS SOCIALES”. El primero de Jáltipan-Veracruz-Salina Cruz en Oaxaca, y el segundo de Acapulco-Lázaro Cárdenas Michoacán, apalancados con inversiones a cargo de la Comisión Federal de Electricidad con el planteamiento de incorporar nuevas plantas generadoras de electricidad en dichas regiones y ponerlos en marcha en el 2019. Esta es la puerta que proactivamente deberá de tocar el Estado de Nayarit en la renovación del Gobierno de la República, para que a través de la gestión intensa ante la Secretaría de Energía y mediante la gestión del GASODUCTO SOCIAL “Mazatlán-Tepic” podamos incorporar al Estado al Sistema Nacional de Gasoductos. Si bien la distancia es mayor que con nuestro vecino estado de Jalisco, el obstáculo natural del Plan de Barrancas hace más difícil y encarece la conexión al sistema nacional.