William J.J. Endean
MICROHISTORIAS: El mesero se acercó al payaso y le dijo que en ese restaurant-bar no podía entrar, pues era exclusivo para clientes, por lo que le invitaba a salir por las buenas. Sin embargo, en una mesa junto al ventanal había un grupo de políticos jóvenes y uno de ellos quería divertirse, así que pidió que dejaran al payaso. La administración del local aceptó a regañadientes, pero aclaró que sólo podría acercarse a la mesa que lo solicitaba. El payaso contó chistes y todos rieron. Infló globos e hizo figuras. Hasta maromas y contorsiones realizó. Un joven serio que no sonreía le pidió que con un globo hiciera la figura de un político. El payaso intentó varias formas, pero nada gustaba al solicitante. Los otros le dijeron que si no podía entonces no recibiría compensación. Llegó un mesero con bebidas, que había visto el embrollo del payaso. Al acercarse, le dijo «Estos se creen muy vergas, no te dejes». El rostro del payaso se iluminó y le dio las gracias por la idea. Cuando los comensales vieron la figura representativa del político, rieron a quijada batiente.