Rafael G. Vargas Pasaye
La Ciudad de México es la joya de la corona en las elecciones federales, al menos desde 1997 cuando se votó por primera vez por el cargo de Jefe de Gobierno, y desde entonces el PRD es la fuerza política que ha obtenido el triunfo con Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera.
En este proceso 2018 por primera vez una mujer (o mejor dicho dos) tienen altas posibilidades de ganar y ser la segunda en tomar las riendas de la ciudad (aunque Rosario Robles tomó protesta del cargo en sustitución de Cárdenas cuando compitió por tercera vez por la Presidencia de México), ellas son Claudia Sheinbaum bajo las siglas de MORENA y Alejandra Barrales por la Coalición por la Ciudad al Frente.
El eje de la campaña de Barrales se sostiene en un término que es conocido por el grueso de la población: LA JEFA, en relación obvia a la figura de la madre. Sin embargo ya comenzaron los problemas pues no queda claro si la Jefa es la candidata o la Ciudad. Por ello, Alejandra Barrales ha invertido tiempo aclarando que la Jefa es la Ciudad. Y se sabe que cuando una campaña de comunicación debe explicarse pierde efectividad.
Los productos alternos: spots, piezas para redes sociales, entre otros, utilizan esta figura como parte de la estrategia: “La Ciudad de México es la Jefa de las Ciudades”. La pregunta sería: ¿los capitalinos desean que su ciudad sea La Jefa?, ¿cómo llegamos a esta conclusión? ¿Qué es ser jefa?, ¿el aspiracional del capitalino es ser jefe?
Quizá sea una estrategia solamente enfocada al sector femenil de las madres solteras o se descubrió que hay un alto porcentaje de familias que viven en matriarcado. Durante los mensajes de la candidata Barrales en sus eventos públicos mete el elemento y se nota un tanto forzado: “Las Jefas de familia”, “¿Quién tiene Jefa? Todos tenemos Jefa”, “Que el metro sea el Jefe de los transportes”.
A esto hay que aunarle que durante esas mismas participaciones invierte mucho tiempo hablando de MORENA, a veces los menciona con nombre y apellido, y pierde oportunidad de hablar de ella y sus propuestas.
Valdría la pena pensar una propuesta con un nuevo cierre por ejemplo “Con Barrales vamos al frente”, y que la candidata le de juego ya de competencia electoral y aspiracional incluyente: “Con ustedes seguiremos poniendo a la Ciudad de México al frente”. “Seguir sacando adelante a la ciudad, poniéndola al frente de nuestras prioridades”.
Y posteriormente ligar, a manera de remate en esos eventos (que por cierto vale la pena cuidar los templetes tan largos, pues los vacíos se notan más en videos y fotos), del tipo “Necesito su apoyo para poner a la Ciudad de México al frente”.
Por último, gráficamente también se ha soportado en el eje siguiente: “Queremos hacer de la ciudad de México, la Jefa de todas las ciudades”. Lo cual nos hace pensar que tal vez la estrategia se fundamenta en buscar el voto de la mujer y sobre todo el sector de la madre soltera, pero de nueva cuenta es necesario subrayar que no siempre una mujer vota por una mujer por el simple hecho de ser mujer.
@rvargaspasaye