Javier Castellón
No lo podía creer. Un amigo de los tiempos del movimiento #Internetnecesario, en el cual me tocó participar cuando era senador, me comentó que una vez más, el gobierno mexicano quería apoderarse de la potestad completa del espacio radioeléctrico, incluida internet, mediante una reforma a la Ley General de Telecomunicaciones que parecía una reedición de la ley propuesta por el gobierno de Peña Nieto.
“Quizás son versiones”, dudé. Lo que sí había declarado la presidenta Claudia Sheinbaum era que propondría una reforma en la cual impediría a los gobiernos extranjeros publicar propaganda discriminatoria en los medios de comunicación mexicanos, debido a la transmisión del spot donde la Secretaria de Seguridad Norteamericana había emitido amenazas expresas contra los migrantes que se atrevieran a pasar ilegalmente a los Estados Unidos. También pensé que nadie podía estar en desacuerdo con la presidenta.
Sin embargo, amigos del senado me enviaron el dictamen de las reformas a la Ley General de Telecomunicaciones donde, aprovechando el aventón gringo, el gobierno mexicano se despachaba con la cuchara grande para arrebatar, de una vez por todas, el control de las telecomunicaciones al IFETEL, lo que era el órgano autónomo que las regulara. La creación de la Agencia de Transformación Digital le da al gobierno de la república las facultades de otorgar, revocar y renovar concesiones, supervisar contenidos y emitir lineamientos éticos, entre otras.
Mi sorpresa fue mayúscula al descubrir el artículo 109 de dicha iniciativa donde se establece que “las autoridades competentes podrán solicitar el bloqueo temporal a una plataforma digital por incumplimiento a disposiciones u obligaciones previstas en las respectivas normativas”. En un país donde cualquier autoridad se siente omnipotente e interpreta la normatividad a su conveniencia, podrá aplicar un “incumplimiento normativo” a cualquier medio, digital o tradicional que publique cosas que no sean del agrado de cualquier autoridad y, con ello, bloquearlo o cerrarlo de manera definitiva.
Las tentaciones autoritarias andan sueltas, no solo en Estados Unidos, también en México, gozan de cabal salud. Del #internetnecesario ahora algunos de los activistas que nos acompañaron en ese movimiento, impulsan #censuranecesaria. Todo indica que es un paso más para la soñada “dictadura casi perfecta”.
* El autor fue Rector de la UAN y Senador de la República