Redacción Sentido Común
El iceberg A23a , el más grande y antiguo del mundo, con placas de hielo de 400 metros de grosor, un peso de mil millones de toneladas y una superficie de unos 3.600 kilómetros cuadrados, ha encallado en aguas poco profundas cerca de la isla británica de San Pedro o Georgia del Sur, lo que ha desatado el temor a que pueda alterar a los millones de pingüinos y focas que habitan ese área.
El oceanógrafo Andrew Meijers, que colidera el proyecto para tratar de comprender cómo las capas de hielo afectan al océano, señala en un comunicado emitido hoy por la organización British Antarctic Survey, que si el megaiceberg “continúa estancado, no se espera que afecte de manera significativa la vida salvaje local de Georgia del Sur”.
Pescadores que operan por esas aguas tienen miedo de que este incidente los haga batallar con enormes trozos de hielo y esto termine afectando a la capacidad de alimentarse de los pingüinos de la zona.
El ecologista Mark Belchier, comentó para la BBC que si el iceberg se rompe “los icebergs resultantes presentarán probablemente un riesgo a las embarcaciones ya que se mueven en dirección de las corrientes locales y podría restringir el acceso de los barcos a terreno de pesca local”.