Rubén Aguilar Valenzuela
Nuestra verdad (Editorial Planeta, México, 2021) es la autobiografía de Kamala Harris (Oakland, California, 1964), ahora candidata a la presidencia de los Estados Unidos. La narración es en primera persona.
Es un texto muy bien escrito, ágil y directo, que entreteje tres planos distintos: la historia de la vida personal; la historia de la carrera profesional y las ideas y posturas políticas progresistas. La traducción es muy buena.
En el primer nivel, Harris cuenta, de manera muy breve, la historia de sus padres. Donald Harris, nacido en Jamaica, que viene a Estados Unidos a estudios de posgrado en economía, y Shyamala Gopalan, nacida en la India, a estudios de posgrado en medicina.
Sus padres se conocen en Berkeley, California, donde estudian su posgrado. Se casan y se quedan a vivir en Estados Unidos, él para trabajar como profesor de economía en la Universidad de Stanford, y ella como especialista en cáncer de mama. Tienen a dos hijas, Kamala y a Maya. Su madre elige estos dos nombres sánscritos de la mitología de la India.
Sus padres se separan cuando tiene siete años y ella y su hermana se quedan con su madre, que es quien las educa. Ellas son afroamericanas y su madre las relaciona con esa comunidad en los lugares en los que viven. De niñas asisten a una iglesia bautista de la comunidad negra.
Cuando tiene doce años, su madre acepta un puesto de investigación en el Hospital General Judío y para enseñar en la Universidad McGill, en Montreal, Canadá. Ella y su hermana se inscriben en una escuela donde se enseña en francés.
Se gradúa en la Universidad Howard, en Washington D.C. Aquí se une a la hermandad afroestadounidense Alpha Kappa Alpha.
En 1989, obtiene el doctorado en Hastings College of the Law, una Facultad de Derecho adscrita a la Universidad de California. En 1990 es admitida en la Asociación de Abogados del Estado de California.
En el segundo nivel Harris cuenta de su ingreso al servicio público y su carrera en el sistema judicial del estado de California. Su primer trabajo es en la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Alameda, después en la Oficina del Fiscal de Distrito de San Francisco y luego en la Oficina del Fiscal de la Ciudad de San Francisco.
Es electa como fiscal del distrito de San Francisco en 2003. En 2004 implementa un programa de reinserción para delincuentes no violentos sin antecedentes criminales. En 2009 se convierte en ley para todo el estado. En 2007 es relecta. En 2010 es elegida como fiscal general de California, es la primera mujer, la primera afroamericana y la primera surasiática en ocupar el cargo en la historia del estado.
Como fiscal general procesó a bandas transnacionales del crimen organizado, a los grandes bancos, a las petroleras, a las universidades con ánimo de lucro que estafaban a sus alumnos. En 2014 es reelecta. En sus años como fiscal de distrito y general promovió políticas progresistas y combatió al crimen.
En 2016, gana las elecciones internas del Partido Demócrata de California, para competir para ser senadora. Y luego, en el mismo año, obtiene la senaduría. Se convierte en la segunda mujer afroamericana y la primera de ascendencia india en ocupar un cargo en el Senado de Estados Unidos.
Como senadora, entre otros temas progresistas, luchó por el control de armas, la legalización federal del cannabis, reformas al sistema de salud y a los impuestos, un camino hacia la ciudadanía para inmigrantes indocumentados, y la Ley DREAM. Adquirió reconocimiento y relevancia nacional por sus agudos cuestionamientos a los funcionarios de la administración Trump en sus comparecencias en las audiencias del Senado.
En el tercer nivel, da cuenta de sus ideas y posiciones políticas progresistas en todos los temas, que se van presentando a lo largo de su historia desde estudiante en la universidad y en los años en el servicio público. Entre ellos su lucha constante por la justicia social; la igualdad social; los derechos civiles; la inclusión social; los derechos de las minorías; los derechos de los migrantes y su rechazo a todo tipo de discriminación.
La biografía termina en 2020 cuando deja el senado para incorporarse como candidata a la vicepresidencia en la campaña de Jon Biden por la presidencia de Estados Unidos.
Kamala Harris, en su autobiografía logra transmitir la imagen de una persona con una vida familiar como la de todas, una persona honesta y con principios, una persona con ideas y posiciones progresistas que lucha a favor de la justicia social. A una política y funcionaria pública que entiende que su tarea es servir a la sociedad.
El texto, en el desarrollo de los tres niveles entretejidos, logra construir una narrativa que ofrece información, que describe situaciones familiares, sociales y políticas donde siempre están los hechos, los datos duros, pero también el sentimiento y la emoción.