ALE MARROQUÍN
Esta semana estuve haciendo una presentación sobre personal branding para un nuevo proyecto que piensa empoderar a la mujer profesional. La idea es que conocieran mis contenidos y cómo pueden influir las herramientas que comparto en este grupo de mujeres para apoyarlas a que puedan distinguirse y proyectar liderazgo para acelerar su potencial.
Cuando llego a la parte de que para tener una marca personal poderosa en una primera impresión tienes que cuidar el impacto visual, me topo con el siguiente comentario: “La apariencia no importa hoy en día, porque los tiempos han cambiado y no puedes juzgar a la persona por cómo visten, además en áreas como tecnología, pues no puedes esperar que vistan de traje y corbata”.
Esta no es la primera vez que escucho este comentario, es más, lo hice yo muchas veces, muchos años atrás, cuando intentaba convencer a otros que lo que importaba era lo que sabía, mi experiencia y mi talento, así que la vestimenta había que cuidarla, pero no era lo más importante.
Me he dado cuenta que cuando las personas escuchan la palabra imagen, o apariencia o consultor en imagen ligado al término vestir profesional, todos imaginan un ejecutivo de traje y corbata. Inclusive cuando platico de mis servicios, en diferentes industrias, hay ocasiones quien dice que no puedes usar la palabra presencia ejecutiva con vendedores porque su vestimenta es relajada y no aplica la palabra “Ejecutivo” pues no trabajan detrás de un escritorio.
Tu presencia ejecutiva es, en mi opinión, un término que engloba el mensaje profesional que puedes entregar, cuidando elementos de tu apariencia, lenguaje no verbal, postura, manera de impactar con tu presencia, de demostrar que puedes enfrentar y cumplir, de sobresalir por tus talentos y valores, no es único de los que trabajan detrás de un escritorio.
Aquí es dónde está la gran confusión, tu apariencia SÍ importa, y manda mensajes de lo que es importante para ti. Nadie está hablando de estilos, ni de reglas de vestir que te encasillen, o como dicen muchos de mis clientes jóvenes “que te veas acartonado”.
Estamos hablando de cómo verte CREÍBLE, cómo lucir alineado a la industria de la que eres parte y sobre todo auténtico a tu estilo y a tu personalidad. En una primera impresión, tú puedes notar el cuidado que otros ponen en su apariencia o no, si se ven pulcros, si su ropa está planchada, si les queda bien la ropa y no lucen desarreglados, si solo se vistieron por estar cómodos, o si no pusieron absolutamente nada de cuidado en el arreglo.
Toda la gente joven (millenials) que piensa que eso no importa, si les ponemos la prueba de que escojan un producto en un supermercado, donde la envoltura se ve sucia, se ve medio rota, el papel o envoltura medio apachurrado, las letras de la etiqueta borrosas, quizá el mensaje de los colores sea aburrido o gris, comparado con un producto idéntico, con una envoltura perfectamente bien cuidada, firma y limpia, colores que se ven vivos, que atraen a la vista y que te dan un mensaje de que es algo que puedes probar porque parece que si así de bien cuidado está por fuera, su contenido va a ser igual de bueno por dentro. Por lo menos, hay un segundo paso en este primer enamoramiento, por lo menos le das la oportunidad de probar qué tiene que ofrecerte y así podrás decidir qué tan bueno es el contenido.
No hablé ni de marcas, ni de estilos, ni de que lucía más moderno, solo hablé de una serie de características que pueden hacer que te distingas en una primera impresión. Así que, si eres millenial, te gusta la ropa relajada, hípster, moderna y cómoda, síguela usando, sólo asegúrate que el mensaje que mandas con el cuidado que pones al vestirte, es auténtico, es creíble, manda mensajes de que serás capaz de entregar y que se adapta a la industria a la que vas a trabajar. Bien importante es si se adapta al entorno al que estás, porque si mandas un mensaje único de tu personalidad, sin importar en que organización estás, sin adaptarte a los valores de la organización, sin poner cuidado de lo que importan en dónde laboras, puede hacer que parezca que no encajas, por muy bueno que seas.
Si tienes dudas sobre este tema, o no estás de acuerdo en lo que digo, mándame tus comentarios, trataré de encontrar argumentos para influir en tu marca personal, o quizá logres convencerme.
Este texto se comparte por cortesía de ALE MARROQUÍN quien originalmente lo publicó en www.alemarroquin.com