Redacción Sentido Común
La Dirección de Enseñanza y Divulgación del Instituto Nacional de Geriatría (INGER) indicó que los asilos pueden afectar la salud física y emocional de los adultos mayores.
Así lo dio a conocer el instituto mediante un boletín en donde señaló que las personas mayores suelen reducir el espacio en donde viven al pensar que con la edad tendrán una movilidad limitada, por lo que vivir en un espacio pequeño podría compensar el deterioro y hacerles la vida más sencilla.
Sin embargo, estudios científicos revelan que se ha encontrado que las personas de la tercera edad que viven asilos suelen tener mayor carga en enfermedades crónicas y emocionales al disminuir su movimiento hasta tres mil pasos menos que las personas que se mantiene en una comunidad.
La institución detalló que esa disminución de movilidad puede provocar desenlaces negativos como hospitalizaciones, deterioro cognitivo, caídas, sarcopenia, incontinencia fecal, repercusiones en la salud bucodental, fragilidad y cierto impacto a la red de soporte social.
“Debido a dichos aspectos se debe considerar el espacio y procurar que los adultos mayores se mantengan en la comunidad a la que pertenecen, tanto en sus casas como en los entornos inmediatos”, aseguró la Dirección de Enseñanza y Divulgación del Instituto Nacional de Geriatría.