Redacción Sentido Común
El estrés es una respuesta automática y natural del cuerpo ante situaciones desafiantes; los cambios positivos, negativos o imaginarios son capaces de detonarlo. Es necesario para tener estímulos y accionar ante la vida diaria, expuso Argentina Robledo Domínguez, psicóloga de la Dirección General de Atención a la Salud de la UNAM.
De acuerdo a un comunicado de la máxima casa de estudios, es un mal de nuestro tiempo, pero si es moderado es positivo y útil para levantarnos de la cama y realizar actividades cotidianas, y cuando se vuelve crónico puede causar trastornos emocionales y enfermedades gastrointestinales y cardiovasculares.
Generalmente es detonado por separaciones, pérdidas, cambios (de trabajo, casa o escuela), acontecimientos que ocurren de forma inesperada, hablar en público, el tráfico vehicular, un viaje, exceso de actividades y la incertidumbre.
“Mucho estrés es igual a cansancio, ansiedad y enfermedad; poco equivale a aburrimiento, apatía y frustración, pero cuando es óptimo, con equilibrio y moderación es igual a creatividad, satisfacción y éxito”, dijo en la conferencia “Estrategias contra el estrés”, dentro del Ciclo de Promoción de la Salud y el Autocuidado de la Facultad de Ingeniería.