Redacción Sentido Común
La Corte Suprema de Rusia prohibió efectivamente el activismo LGBTQ+, en la medida más drástica contra los defensores de los derechos de gays, lesbianas y transgénero en un país cada vez más conservador.
En respuesta a una demanda presentada por el Ministerio de Justicia, el tribunal calificó de extremista lo que la demanda llamaba el “movimiento” LGBTQ+ que opera en Rusia y lo prohibió.
La audiencia a puertas cerradas del jueves duró cuatro horas. No se permitió la entrada a nadie excepto a los representantes del Ministerio de Justicia y no había ningún acusado. Los periodistas fueron llevados a la sala del tribunal únicamente para la lectura del veredicto por parte de un juez que llevaba una mascarilla, al parecer por razones de salud.
El caso fue clasificado y el ministerio no reveló ningún detalle ni evidencia, y se limitó a decir que las autoridades habían identificado “signos y manifestaciones de naturaleza extremista” en el movimiento que busca prohibir, incluida “incitación a la discordia social y religiosa”.
Múltiples activistas de derechos humanos han señalado que la demanda se presentó contra un movimiento que no es una entidad oficial y que, según su definición amplia y vaga, las autoridades rusas podrían tomar medidas enérgicas contra cualquier individuo o grupo que se considere parte de él.
La demanda está dirigida a activistas y prohíbe efectivamente cualquier actividad organizada para defender los derechos de las personas LGBTQ+, añadió Olenichev.
Varios medios de comunicación independientes rusos y grupos de derechos humanos agregaron símbolos de arcoíris a sus logotipos en las redes sociales en solidaridad con la comunidad LGBTQ+.
Amnistía Internacional calificó el fallo de “vergonzoso y absurdo”, advirtiendo en un comunicado que podría dar lugar a una prohibición total de las organizaciones LGBTQ+ y violar la libertad de asociación, expresión y reunión pacífica, y provocar discriminación.