Rafael G. Vargas Pasaye
No estaba en el radar musical de muchos, cuestión de gustos o de tiempo, aun no llegaba a nuestro playlist, a veces así pasa. En mi caso fue a partir de una nota periodística en la que se mencionaba su participación en la Feria del Caballo en Texcoco, y donde los boletos en reventa se cotizaban hasta en 8 mil pesos. Eso para mí era tema de atención y análisis. ¿Quién era ese artista que no tenía registrado, pero que bien valía el salario de un mes para una gran mayoría de personas en este México?
Hassan Emilio Kabande, de Guadalajara, Jalisco, 23 años de edad, intérprete de los llamados corridos tumbados mundialmente conocido como Peso Pluma, unos días después la nota era que varias de las canciones que interpretaba estaban en los primeros lugares de plataformas musicales, y casi de inmediato la explosión mediática: el primer lugar de “Ella baila sola” a nivel mundial en Spotify, su participación como invitado de Becky G a cantar en el afamado Coachella 2023, y claro, su presencia en The Tonight Show con Jimmy Fallon uno de los programas de televisión de mayor alcance y penetración en Estados Unidos.
El debate da para varias aristas; primero, entendiendo la polarización que existe en México se ha llegado a los extremos en el caso del también llamado Doble P de quienes lo admiran y el otro sector que lo rechaza. Interesante por ejemplo, que en redes sociales algunos señalaban que Peso Pluma no los representaba como mexicanos, lo cual me llevaba a la pregunta obvia: qué o quién decide la lista de los representantes de una nación. Creo que deberíamos ser nosotros mismos los que los elijamos, y que deben pasar varios filtros de aceptación, pero quizá la respuesta es más profunda.
Quienes decían esto de la no representación señalaban sobre todo la apología que hace en sus videos musicales al narcotráfico y a la violencia Doble P; Óscar Balderas en su texto “Peso Pluma: el hijo de la guerra contra el narco que DESTRONÓ a Bad Bunny” publicado en Milenio el pasado 22 de abril, hace una interesante referencia a que este artista nace en medio de la guerra contra el narcotráfico de la administración Calderonista, pero también gira su texto sobre ese ánimo gubernamental de prohibir los corridos o musical similar que enaltece lo que algunos no ven bien.
Tal vez esa prohibición gubernamental de antes que no tuvo éxito y al contrario, parecía un detonante para que se escuchara más ya sea de manera formal o clandestina, sumado a una excesiva amplitud de canales para acceder a cualquier tipo de música, ha cimentado que no sea nada sencillo lograr los primeros lugares de popularidad.
En el mismo orden de ideas, esa notoria presencia de Peso Pluma en todas las plataformas y espacios mediáticos incluida claro la radio comercial, ha generado un segundo debate donde más de alguno hemos podido ver comentarios de maestros de primaria -por citar uno de los ejemplos más contundentes- solicitando al intérprete que cante las tablas de multiplicar al ritmo de sus canciones para que sus alumnos se las aprendan ya que es lo que hoy en día están escuchando en sus entornos.
A esto debemos sumar un detalle que no es menor: la canción “Ella baila sola”, la del estrellato mundial, en su momento los expertos en música nos dirán si cumple con algún estándar de métrica y demás, pero lo cierto es que entra en el gusto musical de un gran segmento, mismos que no me imagino cantando o conviviendo con fondo musical de Mozart o Wagner.
Y, por otro lado, la letra en particular de esa canción que es la que está en primer lugar, es de una sencillez que raya en lo ñoño pues habla de un tipo que intenta ligar a una mujer, en su idioma, con sus palabras, pero a través de la inevitable fórmula del encuentro amoroso, su autor Pedro Julián Tovar, no es Rafael Pérez Botija, Napoléon o Juan Gabriel, pero es lo que en este contexto que nos toca vivir, logra conectar con un intérprete y su llamado corrido tumbado.
En gustos se rompen géneros, sin embargo creo que lo de Peso Pluma es un caso de estudio al que debemos prestar atención, ya que rebasa por mucho lo musical y es un reflejo más de lo que somos como sociedad.
@rvargaspasaye
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