#ConSentidoComundeMujer
María Esther González Aguilar
Para la administración federal, el primer informe a los mexicanos fue a los 100 días, luego de la entronización de Andrés Manuel López Obrador; el segundo, al año de haber obtenido el triunfo electoral y tercero, el de ayer, 1 de septiembre. Hay que prepararse pues se proyecta realizar un informe cada tres meses, adicional a las diarias conferencias de prensa en Palacio de Nacional, en donde, existen evidencias que varios temas son a petición de parte y que acuden ciudadanos que nada tienen que ver con medios de comunicación.
En su discurso político, en un ambiente y parafernalia herencia del viejo sistema, el Presidente, utilizó frases como: que ya es un hecho la separación del poder económico del político; que es un gobierno que representa a todos; que ya existe un auténtico Estado de Derecho y una verdadera división de poderes; también se respeta la atribuciones y jurisdicciones de estados y municipios; no hay intromisión en órganos autónomos y ni se interfiere en la vida interna de sindicatos y de partidos políticos. Se respeta las libertades por encima de las prohibiciones.
López Obrador describió a un México contento, feliz, feliz, feliz, en donde no sólo habló de miles y miles de millones de pesos y dólares en ahorro, en inversión, en remesas, en obra pública, en recuperación, en entrega de beneficios que de manera directa son para millones y millones de mexicanos. Aseguró que se ha generado más de un millón de empleos adicionales a los que reporta el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que el promedio de ingreso familiar es mayor a los 11 mil 580 pesos mensuales. El 50 por ciento de los hogares mexicanos, reciben subsidio, ¡ah! pero en comunidades de pueblos originarios los reciben 9 de cada diez y para final del año será el total de hogares de este sector de la población.
Las formas siguen siendo las mismas. En el discurso todo se escucha bien, es más, diría que se describió a un México bizarro, increíblemente maravilloso. Sin regatear que existe una forma diferente de gobernar, que algunas iniciativas, programas y proyectos tienen un buen propósito pero que no aterrizan por una deficiente operatividad; la realidad social en comunidades es de inseguridad, violencia, pobreza, marginación; siguen actos de abusos, corrupción, impunidad, tráfico de influencias; los ingresos de las familias no son suficientes para cubrir las necesidades básicas.
Las preguntas son: ¿Está usted de acuerdo? ¿Su visión de país es igual o diferente? En su entorno, ¿tiene evidencia del panorama descrito por el Presidente? ¿Los beneficios son reales, llegan a tiempo y a todos los empadronados? ¿Contento? ¿Feliz? Se puede argumentar que nueve meses es poco tiempo, ¡pero no! si todos los días y en los informes se repite una y otra vez una ficticia realidad aderezada de doctrina y filosofía ¡Es cuanto!