Rafael G. Vargas Pasaye
En las épocas modernas del internet y las redes sociales, a un escándalo donde se ve envuelta una persona (ya no importa que sea conocido o de la farándula) se le da por asignare una etiqueta, y esta semana una de las que más llamó la atención fue la designada como #LadyBomba.
Su nombre es Ximena García y en su posteo en Facebook se pudo leer: “Debería de caer una bomba en el zócalo, nos haría un favor a todos #vivaMéxico Pd: si les molestan mis comentarios bórrenme (sic), créanme que me vale 2 pesos saludos cordiales”, y en los comentarios una compañera de nombre Gabriela García Garza comentó: “Yo te apoyo”.
Es un escándalo que mal tratado pudo llegar a crisis, sin embargo la empresa Interjet comunicó a través de sus canales institucionales, hoy en día expuestos en las mismas redes sociales que abriría una investigación sobre su personal, y luego anunció la suspensión o al menos el retiro de la cabina por algún tiempo de la piloto extrovertida.
Como era de esperarse, varias voces dieron a conocer su opinión, empezando por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador que en la conferencia mañanera (comprueba de paso que allí se habla de todo), señaló que las declaraciones de la piloto fueron “muy fuertes e irracionales”, complementando con un “vamos a esperar y luego hacemos una conclusión, sí fue una expresión bastante fuerte y tenemos que esperar a ver qué va a suceder”. Cuando desde ese espacio se han dado declaraciones igual de fuertes y quizá más irracionales.
El abogado Miguel Carbonell por su parte señaló “Despedir a un trabajador o trabajadora por hacer inapropiados comentarios sobre temas políticos y/o de interés público en sus redes sociales viola sus derechos laborales y humanos”.Y tiene razón, pero parece que los tiempos modernos el balance de la justicia se divide en dos, el juicio legal y el juicio mediático, y éste segundo es el que empujó a Ximena García a salir en un video (claro, en redes sociales) para ofrecer disculpas, siendo que seguramente cuando escribió lo ya citado jamás pensó hasta dónde llegaría, pero en ocasiones las malas coincidencias así son.
Vale la pena plantearnos hasta que grado tenemos libertad de expresión hoy en día, porque hasta hace unos años más de un fan de la clase política que gobierna deseaba la muerte del entonces Presidente en turno, por ejemplo, y no se llegaban a estos extremos. O el caso del afamado Doctor Mireles, quien como subdelegado del ISSSTE (funcionario federal pues) se ha expresado de manera misógina fiel a su costumbre, la diferencia es que ahora sus tantas declaraciones se graban y exponen, y con él basta sólo una palmada en el hombro, de nuevo la justicia no es justa.
Y a todo esto, en el caso de la piloto ¿dónde están todos los grupos de mujeres que piden sororidad o affidamento, no se les vio muy solidarias con Ximena García, o también sólo actúan en medida de las consecuencias mediáticas?
@rvargaspasaye