Comunicación para el Bienestar
Colombia, al igual que la mayoría de los países de Latinoamérica arrastra problemas ancestrales de todo tipo. En el particular caso de la lucha electoral, el país se ha debatido desde el siglo XIX en una dicotomía entre liberales y conservadores. Lucha que cobró diversos matices partidistas en este largo trayecto en el que ahora se les identifica como partidos de derecha e izquierda, pero que a la hora del discurso todos dicen ser de centro.
Según las previsiones, el ex alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, se perfila como el triunfador en la segunda vuelta electoral del próximo 19 de junio. El “outsider” como lo describió el Financial Times, ha sido la gran sorpresa al lograr el 28.5% de los votos luego de una campaña que inició en la recta final y sin el apoyo de algún partido político.
No robar, no mentir, no traicionar, es el lema de campaña de Rodolfo Hernández y gracias al cual ha sido acusado de “populista” por la izquierda colombiana representada en las urnas por Gustavo Petro, ex senador que logró el 40.32% de las simpatías.
A pocos sorprendió la clara ventaja que tomó el ex alcalde de Bogotá ya que aún las proyecciones más conservadoras le daban una cómoda ventaja. Lo que sí llamó la atención fue presenciar el derrumbe de los candidatos de los partidos tradicionales y en especial de Federico Gutiérrez.
Con poco más de 3 millones de votos de diferencia entre Petro y Hernández, el destino juega una broma pesada en la que la derecha será quien defina el futuro de Colombia que se disputa entre un ex guerrillero y un populista. Si la política fuera cosa de números (a veces sí), con la adhesión del candidato de derecha y ex alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez y sus 23.7% de votos se inclinarían la balanza a favor de Hernández, quien se convertiría en el próximo presidente. ¿Es hora de celebrar?
Más que un populista o un outsider, Hernández es, ante todo, un empresario, un millonario de 77 años que ha jugado a la política y ha ganado, por lo menos hasta ahora, por eso no sorprende que llegue con el apoyo de la derecha a la segunda vuelta, sin un programa de gobierno claro y con poco más que unas cuántas líneas retóricas.
Del lado de la izquierda la cosa no pinta mejor, el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, tampoco puede explicar cómo se democratizará la economía y su discurso parece más cargado a la derecha, además cuenta con el apoyo de toda la cargada del régimen político que ha tenido secuestrado a Colombia durante décadas, como el expresidente Ernesto Samper, quien invitó al ex presidente, César Gaviria, a instalar un Congreso de Refundación Liberal a favor del Pacto Histórico.
De cualquier manera, este proceso electoral pasará a la historia, por un lado, porque es la primera vez que un político de izquierda tiene reales posibilidades de levantarse con la victoria y, por el otro, porque Hernández también puede alzarse con el triunfo. Pero como en política una cosa es lo que digan los números y otra lo que digan las alianzas, esperemos que el próximo 20 de junio los colombianos tengan el presidente que merecen.