Luis Rubén Maldonado Alvídrez
¿Por qué odiamos a la burocracia? Porque en México es sinónimo de tortuguismo y complicaciones innecesarias. El dilema permanente de los funcionarios de cualquier gobierno es: ¿ajustarse al procedimiento (por más complicado que sea) o facilitarle la vida al ciudadano que tiene que hacer trámites?
En nuestro país la burocracia es sinónimo de privilegios y un camino tortuoso. Parece que los gobiernos se esmeran en dificultarle la vida a los ciudadanos, en vez de simplificarla.
Cientos de trámites pueden ser digitales pero los gobiernos de todos niveles se resisten a hacerle la vida más fácil a los ciudadanos y empresas. Sin embargo, olvidan que gran parte de la imagen de los gobiernos la forjan la facilidades para realizar trámites sin afectar la vida diaria de las y los ciudadanos.
Es muy lamentable que existan muchos gobiernos que privilegian los trámites complejos y tortuosos, que facilitarlos a todas y todos.
Como dijo Francisco Barrio en una plática ante panistas: hay gobiernos que privilegian y se obsesionan con cumplir los procedimientos con pulcritud y olvidan tratar con humanidad a las y los ciudadanos.
Una lección grande para estos gobiernos que cumplen medio semestre.