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2018: EL PRI EN DURANGO ¿TOCARÁ FONDO?

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Iván Soto

No fue suficiente perder las elecciones para Gobernador, Alcalde de Durango y las diputaciones locales en todos los distritos con cabecera en la capital duranguense. Cualquiera pensaría el PRI había tocado fondo tras los resultados de 2016. Pero no. Tal parece que falta mucho más por ver.

Diversos hechos ocurridos durante las últimas semanas evidencian signos de descomposición política grave, que podrían poner al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en su peor etapa de muchos, muchísimos años. Veamos:

1.- Ayer, 15 ex Alcaldes priistas del periodo 2013-2016 se presentaron en la sede estatal del PRI para exigir ser tomados en cuenta en las candidaturas a diputados locales. Entre ellos dicen que hay perfiles para competir y ganar los distritos 6, 8, 14 y 15, al menos.

El contingente no era abultado, pero estos 15 ex Presidentes Municipales bien podrían ser considerados como una reserva importante en el inventario de liderazgos regionales con el que cuenta el tricolor en el interior del estado.

A más tardar el 5 de febrero saldrá el veredicto del Comité Directivo Estatal (CDE) para conocer a los hombres y mujeres que postulará el PRI para los 15 distritos locales, sin embargo, los ex Ediles advierten que podrían ser desplazados por los acuerdos cupulares.

2.- Primero fue la amenaza de que Esteban Villegas se iría a Morena, y finalmente el ex candidato a Gobernador de Durango en 2016 fue retenido en el Revolucionario Institucional con la candidatura a una diputación federal por el tercer distrito.

Sin embargo, eso trajo daños colaterales ya que el sector campesino afiliado a la CNC, en diferentes vías se manifestó inconforme porque, por primera vez en muchos años, ningún cenecista fue contemplado para senadurías o diputaciones federales en Durango.

Evidentemente les cayó de peso que Villegas Villarreal abandere un distrito que históricamente había sido bastión de la central campesina. Y evidentemente, hay un temor fundado de que sean apáticos en territorio durante los próximos meses.

3.- La salida de Héctor Vela Valenzuela a las filas del tricolor ha sido minimizada. Pareciera que no pierde nada el PRI con su deserción y la del grupo que lo apoya. Sin embargo, su incorporación a la alianza de Morena, PT y PES podría generar muchas sorpresas.

El PRI en Durango, al menos en apariencia, ni se inmuta por la fuga de militantes y posibles cuadros representativos de ese instituto político a las filas por ejemplo de Morena, tal es el caso de una larga lista de perfiles oriundos de varios municipios duranguenses que están coqueteando con esa posibilidad.

Además de Vela, están vigentes rumores de que se van a Morena Otniel García, Iván Gurrola, Alfredo Lara, de la capital; Juan Ávalos y Marina Vitela en Gómez Palacio y Lerdo, y anteriormente Ulises Adame; Maribel Aguilera en Los Llanos, José Ángel Beltrán en la región de Las Quebradas, entre otros.

4.- Un factor que parece no medir aún el tricolor es el hecho de que no va aliado con el Partido Nueva Alianza y el Partido Verde en las senadurías y diputaciones federales, ya que esto provocará que los candidatos postulados por ambos institutos políticos hagan su lucha buscando votos, y la mayoría lo hará precisamente en estructuras y con sectores que anteriormente podrían generarle votos a candidatos priistas o coaligados.

A esto se suma el hecho de que la vertiente magisterial que desde siempre se ha identificado a nivel nacional y estatal con la maestra Elba Esther Gordillo, en esta ocasión tampoco estará a disposición del PRI pues en este caso se han incorporado también al proyecto de Andrés Manuel López Obrador.

5.- Hay quienes afirman que hay un exceso de confianza de parte de la estructura gerencial del PRI en Durango, lo que podría nublar la vista de lo que realmente está pasando, donde de por sí los candidatos priistas se preparan a la que podría ser la más compleja de las elecciones que han experimentado antes, más que la del 2000 y 2006, incluso.

Por la simple y sencilla razón que en esas elecciones hubo un voto sorpresivo que provocó derrotas en cascada por el llamado «efecto Fox» y el «efecto Calderón», lo mismo que el PRI se benefició en 2012 del «efecto Peña Nieto».

Hoy, lejos se ve que suceda algo a favor de Meade y sí, en cambio, la novedosa presencia de Morena como puntero en las encuestas y con incorporaciones de priistas, panistas y perredistas en cada estado de la República.

Si Luis Enrique Benítez Ojeda logra sacar un buen resultado con todos los escenarios tan adversos, siendo oposición por primera vez en Durango, con un partido económicamente estrangulado, con deserciones y rebeliones internas, y con grupos antagónicos que juegan a ganar su espacio y a tratar de meter zancadilla al compañero, que no juegan en equipo, sino bajo la lógica de «sálvese el que pueda».

Si con todo eso en contra, Benítez Ojeda logra los triunfos que la militancia espera, seguramente el dirigente estatal tendrá la recompensa por haber sido el director técnico que necesitaba el priismo en estos momentos. Y si no es así, todos llevarán la penitencia… porque el PRI, ahora así, habrá tocado fondo.

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